
Sin duda, este año la llamada no va a ser igual que las demás. Está en alerta naranja por todo lo sucedido en torno a los jurados.

Es cierto que todos los años se habla de ellos, es cierto que todos los años se sabe de enchufes. 
Pero este año parece ser que se ha tropezado con algunos padres más descontentos con el proceso que en otros años o bien que el tema de los enchufes está alcazando cotas excesivamente descaradas .
De todos he sabido que todos los años hay algo, aunque eso no implica que las elegidas no lo valgan. Pero ha llegado un momento en que creo que nos tenemos que plantear seriamente qué hacer con el proceso.
Familias influyentes, lobbys de influencia de grupos de falleros conocidos,  filias y fobias que benefician o perjudican según los apellidos, presunto corporativismo entre componentes de cortes de honor y falleras mayores de otros años,  y para mí lo peor, los contactos ocultos. Esos que se descubren una vez finalizado el proceso y que a veces te llegan por casualidad por gente conocida.
Sin duda, este año, la llamada está en alerta naranja, y somos los propios falleros los que nos tenemos que poner el mono de trabajo para minimizar estas habladurías que año tras años se reproducen como setas, habladurías que desgraciadamente en muchas ocasiones son realidades.
Y que nadie me las niegue porque lo he vivido en primera persona.
Así pues os digo, os adelanto que esta tarde cualquiera de las 26 puede recibir la llamada. Visto como está el patio, no os sorprenda nada ninguno de los nombres que puedan salir.
Y sea como sea, quien reciba la llamada va a tener todo nuestro apoyo y todo nuestro cariño como máximas representantes de las Fallas 2026.
Entre otras cosas, porque las 26 lo valen. Y os lo digo porque las hemos entrevistado a todas ellas hasta incluso tres veces.
¡Suerte a todas!







