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Opinión de Pepe Herrero

 

He leído críticas contra Mazón por su reunió con la AVL y no estoy de acuerdo. Voy a tratar de explicaros por qué.

Antes una cuestión previa.

Si recordáis, hace un par de semanas escribí un artículo donde detallaba la posibilidad de que el PP nacional hubiera dado orden al valenciano de acallar lo posible sobre el tema del valenciano debido a unas posibles negociaciones con el partido de Puigdemont, extremo que se confirmó posteriormente.

Dicho esto, vamos al grano.

Todo apunta a que esas conversaciones no han dado el fruto esperado y se ha abierto la mano a defender nuevamente el valenciano por encima del catalán.

A ver, pensemos antes con la cabeza. Una vez rotas las negociaciones con Junts, el PP y Vox valencianos tenían dos caminos, obviar la defensa de la identidad o retomarla aunque sea como arma arrojadiza contra la izquierda valenciana, una izquierda que todos sabemos que está entregada al catalanismo.

Han elegido la segunda, volver a la carga.

¡Pues Bienvenidos! ¡Claro que si! Hay que apoyarles a muerte, tanto a Mazon como a Barrera.

Y ahora viene la cuestión. Cada uno de ellos han elegido un camino diferente. Pero con el mismo objetivo. Puede que alguno no estéis de acuerdo, pero la decisión que tomen estamos obligados por sentimiento a apoyarla.

De una parte, Vox, Barrera, entra a puerta gayola diciendo claro que dejará de subvencionar a entidades que promueven el catalanismo en favor de las que defienden las tradiciones valencianas desde hace décadas. Este discurso ha puesto de los nervios al PSPV y a Compromís quienes han llegado a calificar a Barrera de “inquisidor”, curioso que digan esto cuando ellos han hecho una política cultural y lingüística totalmente inquisidora en los ocho años que han gobernado.

Yo personalmente aplaudo esta decisión.

Sin embargo, Mazón veo que ha optado por un camino más estratégico como vimos en la reunión con la presidenta de la AVL.

De esta reunión salieron frases como “revalencianizar la AVL”, “acercar a todo el pueblo el idioma”, dejando claro que no todos los valencianoparlantes se identifican con el impuesto por la entidad, o “recuperar el espíritu fundacional”.

El presidente Carlos Mazón está dejando implícito un mensaje claro: la AVL no está cumpliendo con el objetivo fundacional no está permitiendo que el valenciano real, el auténtico, el que habla el pueblo sea reconocido como oficial y no está haciendo una política lingüística realmente valenciana.

En este punto hago un inciso:

Es obvio que la AVL no cumple su objetivo porque el retroceso en el uso del idioma valenciano es grande en la Comunidad Valenciana porque la AVL no lo promueve, impone el catalán y al ser una lengua extraña, los estudiantes cuando salen de la enseñanza se encuentran con que no les sirve más que para ser funcionario y poco más. Como lengua vehicular no pues no es la que habla el pueblo.

Sigo con Mazon.

Al pedir esto Mazon a la presidenta, acercar el idioma al pueblo, lo que dice de forma subliminal pero real es que se acepten las normas del Puig que son las que usa el pueblo. Que se abra a permitir como oficial otras formas de hablar valenciano distintas a las que desde la AVL se impone.

Que la gente no identifica como propio el engendro que se enseña en la escuela.

Al hacerlo así está dejando en un brete a la AVL sin enfrentarse a ella ni abrir la puerta a críticas. Pues Mazon pide sumar, no dividir.

Además, cerró más puertas a las críticas al decir que “reconoce a la AVL como la autoridad científica y académica del valenciano”, cosa que si no dijera cómo presidente si que abriría la posibilidad a ser criticado.

Otra cosa es que esta estrategia de resultado y la AVL reconsidere aceptar las normas de la RACV como oficiales. Si no fuera así, veremos cuál es el siguiente paso. O si esta entrevista ha sido de cara a la galería para acallar críticas hacia él por parte del valencianismo.

Y un último apunte: a la AVL le da pánico aceptar las normas del Puig porque ambas sensibilidades lingüísticas, la valenciana de la RACV y la catalanizada de la AVL, puestas en igual jerarquía sería un suicidio para la catalanizada pues los valencianos parlantes y pensantes se inclinarían por la normativa que aprendieron de sus abuelos y sus padres, la de la RACV.

Por todo lo expuesto, que no pido que estéis de acuerdo pero si que hagáis un ejercicio de entendimiento del mensaje que trato de enviaros, creo firmemente que es momento de unirnos y apoyar al presidente Carlos Mazón y al vice presidente Vicente Barrera en su lucha contra el catalanismo lo hagan de una forma o de otra.

Yo los apoyo.

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