Un día de fallas cualquiera en un año cualquiera antes de 2015.
En un día como hoy, con este sol en Valencia donde el azul del cielo brilla de forma diferente, un azul mágico, embaucador, dan las 12:00 y me dispongo a coger la maleta con los bártulos.
Cojo el metro en la estación del Empalme, cargadito ya de gente que se dispone a ir a la Pza del
ayuntamiento.
Grupos de chavales muy jóvenes mezclados con grupos de falleros ataviados con sus sudaderas y blusones ríen y miran en sus móviles las redes mientras intercambian WhatsApp o se hacen selfies. Algunos llevan las sudaderas anudadas en la cintura. Hace calorcito en el metro.
Nos sumergimos en las entrañas de nuestra ciudad y vamos pasando las paradas hasta llegar a la Pza de España. Muchos bajaron en Angel Guimerá para entrar por la calle del Hospital.
El grueso de viajeros bajamos en el centro.
Por la calle San Vicente me dirijo al Ayuntamiento cargado con la maleta.
Al llegar a la esquina de la calle Matemático Marzal giro la cabeza a la derecha para ver la majestuosidad de la falla Convento. Es inevitable admirarla en la distancia.
Avanzo y cruzo la calle Játiva mientras comparto paseo con gente venida de fuera en camiseta, vasos grandes de cerveza en la mano, otros grupos de chavales sentados en el suelo y una charanga que acompaña a unos falleros de una falla de un pueblo cercano a Valencia, de donde es la pirotecnia que dispara y que es una tradición venir ese día a verlos. En la Pza se unirán a otras fallas del mismo pueblo para dar la bienvenida a la fallera mayor de su pueblo que encabeza la comitiva que presidirá cerca de las falleras mayores de Valencia el disparo de hoy.
Son cerca de la una menos cuarto y llego a la falla grande de San Vicente-Periodista Azatti.
Cada día descubro un detalle nuevo de la falla mientras los niños dibujan la infantil se raid alrededor. Juntos ellos las terrazas de los bares están llenas. Mezcla de aromas a patatas bravas y chipirones envuelven el ambiente que desborda Alegría.
El vaivén de los falleros de la falla al casal y del casal a la falla es constante.
En las vallas de la calle Arzobispo Mayoral sobrepaso el primer control. Enseño a la policía local la acreditación, voy a la puerta de entrada de prensa viendo al fondo la cola de invitados al balcón esperando para poder subir por la otra puerta.
Paso el arco de seguridad en el segundo control dejando la maleta en la cinta y me dispongo a seguir el pasillo que nos lleva a la escalera de acceso al balcón. Me cruzo con una concejala que amablemente me saluda junto a otra persona que supongo que será un asesor y pienso que no sé si sabrá quien soy.
Subo las escaleras y llego a la puerta de Cristal que abro con la tarjeta y a la entrada del balcón paso el tercer control, era vez son los bedeles entre los que se encuentra un presidente de una falla, se encargan de revisar que tengo el numero 3 en la tarjeta que me permite acceder. Dejo la maleta en la antesala y es inevitable salir al balcón a disfrutar de lo que desde arriba se ve por unos minutos mientras que nos saludamos entre los compañeros de otros medios.
Este momento es especial, da igual las veces que lo haya vivido. Desde el 2006 hasta el 2015 han sido 10 años inolvidables con 184 mascletás vividas así.
La vista recorre el paisaje urbano desde la derecha a la izquierda intentado quedarme con los detalles que cada día nos obsequia el privilegio de poder vivir las mascletá desde arriba.
La estación del Norte que preside la visión de la calle Marqués de Sotelo donde la gente se va arremolinado junto a las vallas. La propia calle con la falla de la Telefónica.
Ya en la plaza veo como poco a poco se va llenando desde la esquina donde ahora está la tienda del Valencia CF hasta la parte de María Cristina.
La falla municipal ofrece su majestuosidad en el centro de la plaza. Los balcones se van llenando muchos de ellos con las cervezas en una mano y algo de picar en la otra ofrecido por las empresas que explotan esos balcones.
Algunos invitados comienzan a entrar al del Ayuntamiento, entre ellos cuadros de honor de comisiones donde los niños van corriendo a asomarse sin poder evitar exclamaciones de asombro por lo novedoso para ellos que son las vistas que tienen.
Enfrente los Pirotécnicos revisan los últimos detalles dentro del vallado mientras que una cámara de televisión entrevista al jefe de la empresa acompañado de la fallera mayor de su pueblo, del presidente de la junta local y del alcalde.
La Guardia Civil repasa que todo está de acuerdo con las normas.
Me dispongo a montar el equipo en la antesala del balcón para retransmitir el disparo de hoy y desde la delegación de medios de la Junta Central Fallera nos hacen llegar la agenda de hoy y de mañana de las falleras mayores de Valencia y sus cortes que leeremos durante el programa.
Desde el gabinete de prensa del Ayuntamiento nos informan de los famosos que van a asistir hoy al balcón.
Siguen entrando invitados y compañeros de otros medios. El amigo Jorge de Megafonia Torres tiene preparada la musica que sonará atronadora en toda la plaza. El bullicio aumenta por momentos. Las ganas de oler a pólvora son muy grandes.
Los miembros de Protección Civil acompañan a los que llevan silla de ruedas a la parte acotada para ellos.
Cruz Roja, policía local, Nacional, bomberos, comienza a tomar posiciones.
Miembros del servicio municipal reparten los cascos a los de medios de comunicacion que se quedan abajo.
La música ambiental inicia su marcha. Se aproxima la hora.
Suena el primer aviso. Aplausos.
Vemos como los acompañantes de las Cortes y falleras mayores de Valencia abren paso entre los invitados. Todas las Cortes juntan se dirigen al balcón en dos filas, tras ellas las dos falleras mayores escoltadas por la alcaldesa y el presidente de la JCF.
Aplausos de los invitados al entrar en el balcón con la admiración de las falleras mayores de las juntas locales y comisiones presentes.
Los aplausos se vuelven ovación al asomarse todas ellas a la plaza. Pancartas con los nombres de algunas de ellas que llevan miembros de sus Comisiones y familiares. Abuelos de cortes que llevan toda la mañana esperando para estar junto a sus nietas bajo del balcón. Público en general que idolatra a nuestras maximas representantes.
Suena el segundo aviso. Otra vez aplausos.
Suena el fallero por la megafonia. Picazo con su casco verde ya está fijo mirando el reloj.
A las 14:00 en punto se lo pondrá en la cabeza indicando que ya es la hora.
La emoción sube enteros. Acaba la música. La gente comienza a pitar. Las campanadas del reloj suenan ya. Los pirotécnicos en tensión...
Picazo (conocido también como el Algarrobo, por su parecido con el personaje de la serie de los70 Curro Jiménez) se pone el casco.
Y llega el momento:
¡¡¡SEÑOR PIROTECNIC...!!!
Las Falleras mayores de Valencia se dejan el alma.
Suena el tercer aviso y la ovación es ahogada con la mascletá del día.
Una vez más la magia Valenciana ofrece al mundo entero un espectáculo único en la mejor plaza del mundo para vivir una mascletá.
Son las 14:00 horas. La hora en la que Valencia muestra la más maravillosa melodia de pólvora.
Un sol como el de hoy nos acompaña.
Nosotros sólo os las llevamos a través de las ondas.