PLANTÁ DE 1.000 ÁRBOLES
La Falla Convento Jerusalén planta 1.000 árboles en los montes calcinados de Lliria
La centenaria comisión fallera continúa con su proyecto Convento Más Verde, iniciado en 2019, en su lucha contra el cambio climático.
Los miembros de la falla Convento Jerusalén volvieron a subir al “bosque de Convento”, como así se conoce una zona de monte de Lliria que fue devastada por un incendio que en 2012 arrasó 23.000 hectáreas, con el objetivo de alcanzar los 1.000 ejemplares
reforestados y seguir compensando sus emisiones de huella de carbono.
Ya en febrero de 2020, Convento Jerusalén plantó unos 600 ejemplares de pino mediterráneo en la zona. Con la repoblación del pasado domingo, la comisión continua con su compromiso para mitigar el cambio climático. En la reforestación también
estuvieron presentes su teniente alcalde, Consuelo Morató, y Manuel Civera, quien fue alcalde de Lliria y actual Director de la Agencia Valenciana de Protección del Territorio.
A través de Convento más Verde, la falla trata de hacer la fiesta más sostenible y aumentar la concienciación frente al cambio climático. Mediante dicho proyecto, la comisión calculó en 2020 su huella de carbono para conocer la cantidad de CO2 que
emite durante todo el año, y fue registrado en la Oficina Española de Cambio Climático.
De esta manera, convirtió a las Fallas en la primera fiesta de ámbito nacional que registra su huella de carbono en el registro del Ministerio de Transición Ecológica.
Además de compensar 100% con la reforestación, la falla realiza actividades divulgativas, como el reciclaje (especialmente, durante la semana fallera), e iniciativas tan significativas como quemar por primera vez una falla con el novedoso hidrógeno verde, entre otras.
Las pasadas fallas, Convento Jerusalén obtuvo el primer premio de sección Especial bajo el lema “2030”, por que la falla trató de concienciar al mundo fallero y a todos sus visitantes de la necesidad de alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de
Naciones Unidas en 2030. Durante la reforestación, se plantaron de 17 ejemplares de pinos de superior tamaño a los demás ejemplares, un número cargado de simbolismo: 17 árboles, 17 ODS y 17 victorias en sección Especial. Dicho decimo séptimo primer
premio conseguido en la máxima categoría convirtió a Convento Jerusalén en la falla más galardonada de la historia de las fallas.