Dos después del tsunami político vivido en Madrid vemos reacciones llenas de alta carga de bilis y nula carga de autocrítica de la izquierda.
Lo cierto es que Ayuso ha conseguido romper una hoja de ruta muy definida del Gobierno de Sanchez, quizás la marcada por Soros, el Foro de Davos y el Club Bilderberg, y ha dado la vuelta a una tendencia que parecía infranqueable en España.
Los soportes sobre los que se sustentaba este plan saltaron por los aires por la sencillez de una persona joven, guapa (esto no es machismo, los menos jóvenes recordaréis cuantas mujeres medianas y mayores votaron a Suárez “por lo guapo que era”) que dice las cosas claras y de manera sencilla pero profundas que llegan a la gente.
Llevo tiempo diciendo que los ataques furibundos, tremendos que desde la izquierda política y mediática se llevan lanzando desde el inicio de la pandemia a Ayuso, son fruto del temor a que la forma de dirigir Madrid se extienda por toda España y deje en evidencia la política comunista y destructiva de la izquierda con su control dictatorial que nos está llevando a ser un país donde la honestidad política ha saltado por los aires y no se permite pensar fuera de los límites de lo políticamente correcto.
Y eso ha sido una de las bazas que Isabel ha jugado muy bien. Salirse del discurso buenista y mirar a los ojos de los problemas de la gente.
Los que me seguís sabéis que llevo mucho tiempo hablando de lo que rompe Ayuso con los corsés ideológicos impuestos para el control emocional que ahora se tambalean.
El desespero de la izquierda en las jornadas previas lo mostraba pasando de llamar “fascistas” a todo el que no pensaba como ellos a “nazis” sin ningún pudor. Haciendo que estas palabras pierdan significado como insulto. Llamar fascista y nazi al que no piensa como tú lleva a que el fascista y nazi sea quien vierte los insultos.
Intentos de victimización que han sido un fraude total y no han conseguido su objetivo, cartas con balas, el teatro del debate de La Ser, las agresiones en Vallecas... montajes burdos y zafios propios de republicas chavistas que en España no han funcionado.
Se sabe que la izquierda ha levantado las orejas en el resto de España y está viendo como el efecto mariposa puede seguir su curso natural arrasando por donde pase llamándose ahora “efecto Ayuso”, por enseñar el camino para doblegar la dictadura ideológica que la izquierda lleva trabajando desde que asumió el poder en el Gobierno de España.
Y es que creo que buena parte de la victoria de IDA se ha cimentado en alejarse de estigmas políticos de izquierdas y derechas gobernando por y para el pueblo demostrando que si que es posible vencer así.
Las próximas semanas pueden deparar más sorpresas y movimientos.
Estaremos atentos.
