Es la pregunta que nos hacemos cuando vemos que esta alqueria de Malilla ha sido cedida a una entidad vecinal que para celebrar la cesión han organizado una serie de actividades esta semana que para las fallas están rigurosamente prohibidas.
Rascas un poquito y empiezas a ver algo que te hace sospechar por qué a ellos sí y a las fallas no.
Esta asociación vecinal está promovida entre otros por uno de los denunciantes de la pelea callejera del 9 de octubre de 2017 que iba en el grupo de los que, esteladas en mano, gritaban “Pais Valencia, paisos catalans” en San Agustin.
Argumentan que es “social” y justifican diciendo que “dan de comer a 70 familias”, familias que igual hubieran sido atendidas por el Banco de Alimentos que Ribo dejó de subvencionar. Pero así venden que son solidarios.
Otra de las voluntarias de esta asociación declaró al digital Valencia Plaza que "En Malilla nos han puesto jardines preciosos y esto parece Blasco Ibáñez, pero la gente tiene hambre, nos tiran de nuestras casas y las trabajadoras estamos perdiendo los empleos. Y esto, por muchas flores que nos pongan, no se nos olvidará nunca", ha concluido.” Como si la responsabilidad de esta situación fuera ajena al gobierno municipal o autonómico. Solo le faltó echar la culpa a Rita, a Rajoy o, aún peor, a Ayuso.
Al final ves que si son de la ideología de Compromís, como este caso, pueden tener sus sedes abiertas y celebrar todo tipo eventos.
Igual es que las fallas tenemos que dejar de ser sedes festeras y pasar a otra naturaleza para que nos dejen...
O igual eso es lo que quieren.