POLÍTICAS COMUNISTAS QUE ESTÁN HUNDIENDO VALENCIA.
3/3. Gasto público.
Los comunistas siempre hablan del servicio público como panacea a todos los males.
Pero el fondo real es la utilización de este argumento para controlar la economía y enchufar a la gente de su partido cobrando grandes sueldos.
Lo público es necesario. Pero para mantenerlo se necesitan ingresos que vengan de la iniciativa privada. Si esa iniciativa no se fomenta, los ingresos públicos decaen. Si se fomenta, la riqueza empresarial sube, suben los empleos y con ello la economía haciendo perder poder de control a los gobernantes.
La forma de intentar controlar esto es subir impuestos para, según ellos, redistribuir la riqueza. Pero la terca realidad se empeña en quitarles la razón. Si subes impuestos baja el consumo, y si baja el consumo, baja la recaudación, y si baja la recaudación hay que subir los impuestos. Y vuelta a empezar.
Pero como el comunismo no quiere a nadie millonario (solo ellos, mirad el casoplón de Iglesias o lo que cobra Echenique, por ejemplo) no quieren bajar impuestos. A pesar de que esto generaría un mayor consumo y con ello subiría la recaudación de impuestos generando riqueza, empleo y bienestar.
Pero ya no dependeríamos de ellos como ahora si lo hacemos, dependemos de subvenciones para poder comer, eso nos obliga a “comer de su mano.” Y eso quieren.
De ahí que creen puestos públicos como vemos a diario multiplicando asesores, enchufando gente de su partido aunque sea de manera irregular como hemos visto en la Diputación o subvencionado asociaciones y chiringuitos varios, como los de la alquería de Malilla o los múltiples chiringuitos afines a la causa, que se convierten en brigadas callejeras al servicio del poder municipal actual quienes no dudarán en salir a la calle a revolucionar la ciudad en el momento que pierdan el poder del Ayuntamiento en una estrategia muy bien articulada y diseñada, empleando cualquier excusa preparada ya de antemano. Como que gobierna la ultraderecha o el fascismo.
De hecho ya están preparando el terreno ante una posible derrota en 2023.