Quiero hacer llegar estas palabras para que sepas que no está sola. No estáis solos.
Vuestra grandeza radica en que estáis muy por encima de los políticos que os ordenan lo que debéis o no debéis hacer. Sobre unos políticos que sin escrúpulos intentan manejaros para propio beneficio.
Hace pocas semanas sentiste, igual que lo sintieron tus compañeros, como desde el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat Valenciana os acusaban de actuar con desproporción contra los violentos de ultra izquierda a pesar de que os agredían.
La delegada del Gobierno calló ante estos ataques sectarios. Vuestra “jefa” no os apoyó.
Y os desmoralizó. Pero seguiste ahí.
Viste como desde el ministerio del Interior ataban de manos (y porras) a tus compañeros de Vallecas. Pero seguiste ahí.
Sabias que entrar sola en la celda era un riesgo asumido como lo ha sido tantas veces, aunque ese día el destino te tenía preparado algo impensable.
Sabias que meterte en una celda a por un detenido así, es siempre aumentar el riesgo. Y lo hiciste porque tu profesionalidad y sentido del deber pudo al miedo.
Sabías que la lucha es desigual aunque no lo parezca.
Si tú le pegas al detenido tendrías a las asociaciones de inmigrantes acusándote de violencia policial y a tus mandos mirando con lupa tu actuación en las grabaciones de las cámaras de seguridad. Grabaciones que posiblemente serían filtradas a los medios afines al régimen actual para defender al inmigrante y usar esa defensa para beneficio político. Serias portada, carne de programas basura de la tele y no te darían opción a defenderte. Serias condenada sin juicio por la presión mediática teledirigida junto a las redes.
Si el detenido te pega a ti, como ha sido, aunque te deje casi muerta a base de patadas y puñetazos en la cabeza aún estando inconsciente en el suelo y te rompa la mandíbula, el cráneo y la zona de los huesos del ojo y porque lo pararon tus compañeros, ningún político saldrá a condenarlo. Esas imágenes sabes que no saldrán en los telediarios. No has sido noticia de portada. Solo “un bolo” metido ente medias de una página par y solo un día.
Nadie se ha manifestado por ti ni se ha puesto de rodillas levantando el puño.
Ninguna feminista ha salido a defenderte, aunque eres mujer, indefensa y trabajadora.
No has sido TT en Twitter.
Mientras tanto, tu inmenso dolor, el de tu familia, el de tus compañeros, es digerido en silencio. En la intimidad.
Es lo que estamos viviendo y sufriendo día a día y aún así, conociendo esto, entraste en la celda a por él. Lo hiciste por nosotros.
Desearte de corazón que te mejores y esperando que todos los ciudadanos entiendan que estás en el hospital por cumplir un compromiso de vocación de servicio a la comunidad del que nunca renegaste, aunque el riesgo físico y emocional lo tienes cada vez que te pones el uniforme.
Trasladar este ánimo a tus compañeros y pediros que no os invada el desánimo. Esto tiene que ser pasajero.
Nos toca a nosotros cambiar de políticos que de verdad os defiendan. Es nuestro deber.
En nombre de los ciudadanos de bien
¡MUCHAS GRACIAS!