Cuando en el año 1983, con el reciente gobierno de Felipe González, España iba despojándose del golpe de Tejero, un nuevo golpe se producía en España el mismo día, 23 de febrero, casualmente.
El grupo de empresas de la familia Ruiz Mateos bajo el nombre del holding de Rumasa, era expropiado por "razones de utilidad pública y de interés social".
España no reaccionó por la situación reciente vivida. La realidad es que Ruiz Mateos estaba construyendo un estado dentro del Estado y eso no se podía permitir.
Pues eso es lo que me dijo hace un tiempo un entendido de esto y de las fallas: "Pepe, las fallas son en Valencia como Rumasa era en España".
Lo entendí perfectamente. Las fallas en Valencia son una ciudad dentro de otra ciudad. Mueven más dinero que el propio ayuntamiento y tienen más poder que los mismos políticos que la gobiernan. Y eso es un obstáculo muy grande para los actuales gobernantes de la ciudad.
La pandemia es un argumento muy válido para debilitar la fuerza de las fallas en la capital. Nos han dividido, nos han descapitalizado, nos han mermado la cantidad de falleros, nos han reducido el poder, nos han hundido los negocios que se mueven en torno a ella...
Y lo peor es que la voluntad de reflotarlo es mínima. Quiero que os hundáis pero que no desaparezcáis. Así dependeréis de mi. Parece que digan.
¿Recordáis cuando os dije que el socialismo (y el comunismo) es un régimen que te rompe las piernas, te da unas muletas y luego dice que andas gracias a ellos?
Pues eso nos están haciendo. No hay más que abrir los ojos.
O despertamos o nos hundimos.