La Pza de la Virgen en Valencia se ha convertido en un enclave misterioso y milagroso.
Suceden cosas extrañas que hay que dejar escritas para que las recordemos.
En mayo, quienes se acercaron a ver a la Virgen eran insconscientes porque contagiaban y era peligroso aunque guardaran la distancia de seguridad y llevaran mascarillas.
Pero la Gracia Divina parece que hizo el milagro de que unos días después los que se manifestaron por el Black Live Matter aún sin guardar distancia y gritando sin llevar mascarilla no corrieron ningún peligro.
Para este mes, si convocabas una manifestación feminista con menos de 500 personas el virus era inocuo pero si ibas de ofrenda con tu falla aunque seáis solo 300 era terriblemente contagioso.
Y el remate ayer donde si ibas a ver a la Virgen guardando la distancia y en familia era un acto inconsciente por el peligro de contagio pero ir a comprar un gofre con los amigos sin guardar distancia es cojonudo (supongo que por la forma del gofre).
Lo dicho, la Plaza de la Virgen es misteriosa.
¿Verdad?
