Que las fallas vienen siendo un objetivo de la coalición que gobierna Valencia lo sabemos desde el 2015.
cuando Fuset se enfrentó a la voluntad popular de forma fallida a instancias de su "polit buró fallero" y es algo que conocemos a fondo. No las controlan y no se lo pueden permitir.
Pero el maltrato que con motivo de la pandemia y sus restricciones estamos sufriendo es ya escandaloso cuando no vergonzante y humillante.
En los más de 500 actos que tras el levantamiento del confinamiento hemos hecho las entidades falleras no ha habido un solo caso de contagio gracias al siempre diligente y escrupuloso cuidado que los falleros tenemos con las medidas sanitarias.
A pesar de eso, nos impiden abrir los casales cuando se ha permitido abrir la hostelería.
Nos impiden plantar cuando abren museos y exposiciones.
Nos impiden hacer ofrendas en parroquias cuando se han permitido manifestaciones el 8-M.
Nos prohíben disparos de castillos cuando se han permitido manifestaciones agresivas con quema de contenedores y agresiones a policías.
Nos prohíben pasear a la Virgen cuando en el metro hay aglomeraciones todos los días.
No ayudan a los sectores perjudicados mientras que bien se ponían en primera fila cuando nos nombraron Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Esos sectores son fundamentales en la conservación del patrimonio. Eso si, para pintar bancos de color rosa siempre hay.
Ahora se muestra una imagen de las fallas como machistas e ideologizadas sobremanera cuando la fallas siempre se han querido mantener al margen de cualquier ideología. La muestra está en que no se le pregunta a nadie a quien vota para censarlo. Ni para elegir presidente. Encima es patrocinado por el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat Valenciana.
También vemos una figura fallera chabacana con un balcón consistorial que siempre había sido elegante y ahora más bien parece un tendedero cutre.
Pero lo peor es el silencio. Silencio de la Junta Central Fallera, de su presidente, de sus vicepresidentes, de los delegados de sector.
Silencio de los socios de gobierno y de los falleros "ilustres" del posado a lo Vanity Fair en campaña.
SIlencio de los presidentes de falla.
Y cuando todos esperábamos que la Interagrupación hablara, no sabemos quien o quienes se encargan de frenar a su presidente para que fuera "lo más políticamente correcto" a pesar de las constantes agresiones y menosprecios que las fallas estamos padeciendo.
Pero si seguimos callados, si siguen callados todos, poco más que lamentos podemos leer en las redes. Lamentos que van bajando conforme se van sucediendo los post y que poco a poco quedarán en el olvido como poco a poco van quedando en el olvido muchos de los detalles y componentes que hacía que las fallas fueran tan grandes.
La elegancia y solemnidad de la fiesta se va diluyendo en el miedo a ser señalado.
Quieren que las fallas sean cada día un poco más perroflautas, débiles y dependientes de los poderes políticos. Es la mejor forma de controlarlas.
Seguiremos recogiendo los frutos de la intifalla.
Es nuestra elección.
Quien soy yo para negar lo que la mayoría parece que quiere.
