Me quito el sombrero ante el partido Oltra y Ribó.
Manejan la estrategia como pocos y saben sacar rédito a lo más mínimo.
Su preparación estratégica es muy buena. Lastima que su ideología no sea la ideal para nuestra tierra. Es más, es muy perjudicial.
En ese contexto vemos cómo demuestran indiferencia ante los resultados de Cataluña. Unos resultados que favorecen a sus socios de gobierno autonómico y local en muchos muncipios, y a sus amigos de ERC, con quienes comparten buena parte de la ideología.
Buena parte del éxito del “arte de la guerra” radica en el engaño al enemigo. Y este arte lo dominan como nadie.
Y lo utilizan a la perfección.
Primero vencer y luego luchar. Si luchas para vencer, has perdido. Dice ese arte. Y así lo han hecho. Llevan casi 6 años luchando para imponer sus ideas primitivas bien ocultas desde la noche del 24 de mayo de 2015 cuando algunos inconscientes de Compromís se fotografiaron con la estelada. No dudan en usar todos los medios a su alcance.
Pero demostrar entusiasmo por lo acontecido en el norte sería contraproducente. Conocen que últimamente se están cargando mucho las tintas sobre su pancatalanismo en varios frentes y es momento de estar callados.
Saben muy bien lo que hacen.
La consigna en la sede de la sonrisa guiñada en la Pza del Pilar es clara, silencio hacia afuera aunque el cava (catalan, claro) corriera por dentro celebrando la victoria del independentismo por el que tanto suspiran.
Llevo un tiempo diciendo a conocidos de partidos de la oposición que están equivocados en la estrategia. Se los están comiendo y no saben reaccionar. No supieron cuándo Rita y Camps, y no saben ahora.
Además de algo que no es muy conocidoque y sirve de ejemplo, Ivan Redondo, la mano derecha estratégica de Sanchez, estuvo asesorando al PP de Rajoy y me llega que sus consideraciones de estrategia no fueron tenidas muy en cuenta y se ofreció al PSOE. El resultado está claro.
Y es que no hay peor cuña que la de la misma madera.