Tenemos a la concejala del coño del Ayuntamiento de Valencia culpando al concejal del play back de la mascarilla europea de una aglomeración de gente
el día que se endurecen las medidas restrictivas en la Comunidad Valenciana por orden del presidente, cuyo hermano ha montado una mafia de empresas para conseguir contratos de A Punt por lo que ha sido sancionado, mientras que la vicepresidenta que ocultó los abusos de su marido a una menor en acogida reprocha a la consellera que no se enteró que en pleno brote en Milan, en febrero, viajaron 2.500 valencianos a ver al Valencia porque a la señora no le gusta el fútbol y culpaba a los sanitarios de sus contagios por visitar a sus familiares, que no haya evitado esa aglomeración.
Mientras, el alcalde que consiguió colocar a su hija puntuando doble su examen y dio dinero al bufete de su cuñado a través de la EMT, EMT cuyo concejal celebraba la desaparición de 4 millones y la quema de 23 autobuses bailando en cu casa, el concejal de policía local que reprochó a 20 valencianos que el día de la Virgen de los Desamparados pararan en la puerta de la catedral a verla y luego calló cuando sextuplicaron los asistentes a la manifestación del Black Live Matters, y el nuevo concejal de hacienda que solo quiere subir los impuestos quejándose de Ayuso y que se mete en todos los fregaos igual que hace el concejal procesado por la muerte de un trabajador en Viveros, ahora están todos callados y desaparecidos.
Unos por otros, la casa sin barrer.
Tenemos lo que nos merecemos.
Estos venían a salvar a la gente de la corrupción del PP, decían...
Esta es la fauna política que nos gobierna