El silencio de Mónica Oltra y Sandra Gómez es indicativo de que los problemas que abanderan se diluyen según quien sea la víctima o el reo.
En el caso del concejal de Chiva detenido por violencia de género, el silencio de ambas políticas es llamativo por cuanto son las primeras en publicar sendos tuits condenando acciones de violencia contra la mujer.
Que condenen esta violencia lo veo muy bien. Lo que ya no veo tan lógico es como callan cuando esas acciones las realizan gente cercana o de su partido.
Es el caso de Mönica Oltra con su ex quien abusó de una menor en acogida y presuntamente ella ocultó, es más, le dio un cargo aún sabiendo que estaba imputado, o el caso de la vicealcaldesa del Ayuntamiento de Valencia quien ha "olivdado" condenar esta agresión de su compañero de partido de Chiva contrastando con la rapidez de móvil a la hora de condenar otros hechos similares de gente que no es de su partido.
Una vez más se demuestra que los problemas sociales son utilizados para sacar beneficio político y rentabilizar el dolor de las víctimas.
En el PSPV se han limitado a abrir un expediente de expulsión del partido del presunto autor de la agresión a su pareja.