Que toda una ministra de Industria, Comercio y Turismo diga que “bajar el IVA al turismo solo mejoraria la cuenta de resultados de las empresas” es para echarse a temblar.
Un empresario arriesga su dinero y su patrimonio para sacar beneficios. A su vez permite que contrate trabajadores y que genere riqueza para el país.
Si a un empresario se le ponen trabas y dificultades, abandona la empresa y despide a los trabajadores.
A un ramo tan perjudicado como es el turismo habría que mimarlo en España. Es uno de los motores de la economía.
Pero escuchar estas palabras generan mucha inquietud y siembra de dudas cualquier expectativa de inversión tanto nacional como extranjera en turismo.
Y esta afirmación se enmarca dentro de la obsesión de la izquierda en criminalizar al empresario “por querer ganar dinero”.
Un país con empresas que generan riqueza y empleo es menos maleable a la hora de manipular.
Ya sabéis, el comunismo no quiere que la gente sea rica. Solo quiere pobres para controlar al pueblo.
De ahí esta afirmación.