En enero de 1998, un concejal del PP de Sevilla salía de un restaurante de la ciudad junto a su mujer después de cenar.
Unos desconocidos los abordaron y pegaron un tiro a bocajarro en la sien al concejal.
La mujer gritando desesperada y llena de dolor se enfrentó a ellos sin miedo, pero los asesinos sin piedad asestaron un tiro en la frente de Ascen, la mujer de Alberto.
Sus cuerpos quedaron tendidos en el suelo envueltos en dos grandes charcos de sangre.
Tenían 37 años. Dejaron tres huérfanos de 9, 7 y 5 años.
ETA destrozó la familia.
Los asesinos fueron detenidos y juzgados. Están cumpliendo condena.
Ayer se anunció que para contentar a Bildu y que apruebe los presupuestos, estos asesinos van a ser acercados a cárceles vascas. No lo han dicho así, pero es así.
Pablo Iglesias agradece el “compromiso” de Bildu.
En Navidades, Rufián, ERC, se quejaba que los presos del “proces” en Lledoners no iban a poder disfrutar de la noche de reyes con sus hijos.
El hijo de los Jimenez-Becerril le contestó que ellos llevan sin disfrutar la noche de reyes con sus padres desde el año 98.
Esta decisión es una más que demuestra la falta de escrúpulos del Gobierno de Sanchez que es capaz de pactar con herederos políticos de asesinos para seguir en el poder.
Y los socialistas buscando excusas y basura en la Guerra Civil para intentar contrarrestar estas acciones deplorables.
Da mucha rabia y mucho asco.