La constante intromisión de los Iglesias-Montero en la justicia española empieza a ser preocupante. No en vano son ministros del Gobierno Español, rol que creo que no terminan de asumir con lo que ello supone.
Si anteayer era la ministra ex-cajera la que entraba de lleno en una polémica sobre custodia de niños de padres separados y argumentaba que "haría lo posible para que los niños no fueran con su padre", ayer fue el vicepresidente quien "lamentaba" que el Supremo revocara el tercer grado de los presos catalanes del "procés". De esta forma, sus comentarios intentan socavar las decisiones de la justicia siempre en favor de su ideología despreciando la imparcialidad que debe de primar en las decisiones judiciales y el respeto que por ellas deben de tener los mandatarios públicos de todas las instituciones en aras de una separación de poderes que se pretende controlar.