
La maldad se viste de rojo. Si vamos a buscar culpables de lo que pasó por la gota fría de Valencia, hay que culpar a la izquierda y dejarse de historias de si Mazón o de si el Gobierno...

Vamos a ver, en 2004 el Plan Hidrológico Nacional hecho por el Gobierno de Aznar contemplaba una serie de obras hidráulicas en el barranco del Poyo, cuando llega Zapatero paraliza el Plan Hidrológico Nacional y el Gobierno del Botánico de Chimo Puig hizo una ley regional para prohibir la construcción de esas infraestructuras hidráulicas que al llegar una gota fría con lluvias torrenciales evitarían los daños a las poblaciones. Entonces, eso por un lado. Por otro lado, la izquierda ha caído en este medioambientalismo absurdo de dejar fluir a los ríos cuando lo que se necesita con los ríos es controlarlos.
Los ríos hay que dragarlos en su fondo para que cuando hay crecidas puedan aumentar ese aumento de caudal de agua porque no hay sedimentos que van haciendo crecer el río, para eso hay que dragar los ríos, hay que retirar la vegetación de sus márgenes para que en caso de lluvias torrenciales no haga esa vegetación de metralla que provoque más daño, hay que encauzar los ríos en hormigón a su paso por ciudades para aumentar la velocidad de paso del agua y por tanto cuando hay más caudal ese agua pasa más rápido y es más difícil que se inunde y hay que hacer obras de contención en barrancos y hay que hacer embalses. Todo eso estaba previsto con el Plan Hidrológico Nacional de 2004. Zapatero lo derogó y el Gobierno de Chimo Puig impidió que se hicieran esas obras.
Por tanto, como más vale prevenir que curar que dicen los médicos, pues yo voy a eso. Entonces, si hay que echar culpables de los muertos que ha habido en Valencia, del daño material causado y de todos los problemas que tiene ahora Valencia, echémoselos a la izquierda, que fue la que prohibió y dejó de hacer lo que había que hacer. ¿Sabes qué estaba tramitando la Confederación Hidrográfica del Júcar? ¿Qué obras estaba licitando cuando ocurrió la gota fría? La reforma de sus oficinas.
Mazón no estaba donde debía y no supo manejar la situación, fue torpe.
Pero la maldad se viste de rojo.







