1 de diciembre. La luz navideña ha vuelto a la ciudad.
Tras 8 años de oscuridad y silencio en la ciudad ordenado por Ribó con la complicidad de Sandra Gómez, donde la tristeza invadía a los que visitaban el centro esperando pasar una tarde divertida, donde apenas unas luces pobres justificaban las fiestas y donde el Belén había sido trasladado para que no fuera el centro de la plaza por el odio a lo católico de los comunistas y socialistas (y eso que Sandra Gómez sale en la Semana Santa Marinera en una muestra más del cinismo del partido golpista de España), con la entrada del PP y Vox Valencia se ha vuelto a encender en las fechas navideñas.
Más de 2 millones de leds adornan la ciudad con muchas más calles iluminadas y con una sensación de que la alegría ha vuelto a reinar entre los ciudadanos del Cap i Casal y los que a diario nos visitan desde todos los rincones del Reino de Valencia.
Además, el Belén ha vuelto a la plaza entre la alegría de los valencianos y de los niños que son parte fundamental de las fiestas que nos vienen estas semanas.
La normalidad va imponiéndose después de aguantar ocho años una oscuridad en la gestión, una suciedad creciente y un tráfico caótico provocado por la alocada obsesión de un napolitano que odia a los coches que empleó millones de euros de los impuestos de los valencianos en ahogar la circulación de una capital que era modélica en movilidad.
Una muestra más de los cambios que se van realizado para los que fueron votados los actuales gobernantes de la mejor ciudad del mundo.
Quedan más detalles, como eliminar de todos los vehículos oficiales y la publicidad institucional el acento catalán del nombre de Valencia y ponerlo en valenciano tal como se ha aprobado.
Y otro detalle que echo de menos es la falta de difusión real y efectiva de los avances producidos más allá de los detalles como las luces navideñas.
Poco a poco espero que se vaya viendo más profundidad en los cambios, tanto estructurales como de contenido. Camino de ello vamos.
María José tiene muchas más luces que Ribó. A las muestras me remito.
