Opinión de Carmen Vila
Nuestra amiga y seguidora Carmen Vila nos envía un artículo de opinión al que gustosamente doy difusión y que muchos de nosotros compartiremos seguro.
LO JURO POR BELCEBÚ
Últimamente estoy como mi Banco: no doy crédito.
¿Me he vuelto loca yo? ¿Nos hemos vuelto todos locos? ¿De verdad va a ganar el frentismo en España? ¿De verdad que, como en “El día de la marmota”, hemos vuelto a octubre de 1934 o a febrero de 1936? ¿De verdad será imposible encontrar el antídoto a ese veneno mortal de Podemos, que a dosis cada vez mayores, viene inoculando en España desde el año 2014? ¿Tan lejos ha llegado ya el contagio? ¿Tan extensa es la podredumbre social, la gangrena? ¿Tan infectado está ya el Partido Socialista? ¿De verdad merece la pena avanzar a pasos agigantados hacia un régimen chavista, donde la palabra de un tirano sea la Ley y la oposición esté silenciada, reprimida, amenazada? ¿De verdad el Gobierno de España se ha aliado con golpistas mientras llama “golpistas” a la Oposición? ¿De verdad la vicepresidenta del Gobierno, Lady Trapitos, puede viajar a Bruselas a negociar con un delincuente, con un prófugo de la Justicia, con un golpista, y regresar a España para tildar a la Oposición de “rebelde”? ¿De verdad que el PSOE, Sumar y Podemos, creen que las calles de España son suyas? ¿De verdad piensan esos tres partidos que sólo ellos pueden salir a protestar por la “ley mordaza”, por el paro, por el machismo, por la homofobia, porque no existe el “derecho a decidir”, porque vino un caso de Ébola desde África, porque mataron un perro, porque el PP ganó las elecciones andaluzas, o porque Ayuso es malísima? ¿De verdad que el PSOE, Sumar y Podemos, piensan que la Oposición no puede protestar pacíficamente en una manifestación autorizada, o en una concentración autorizada, contra la amnistía a los sediciosos, contra la amnistía a los corruptos, contra el aterrizaje de naves extraterrestres, o contra lo que le salga de los cojones? ¿A este grado de miseria moral hemos llegado?
Ya digo: no doy crédito. No doy crédito al mundo al revés que se adivina. No doy crédito a la falta de respeto a las reglas democráticas y a las instituciones de España. Aunque, si lo pienso bien, no debería asombrarme tantísimo: todo empieza con “la jura”.
La jura o promesa de la Constitución (a la que se está prostituyendo)al hacerte diputado es un instante magnífico para demostrar tu respeto por las instituciones de España. Bastantes “progresistas” actuales, cuando hace unos días (por el módico precio de 75.000 euros al año) se transformaron en Padres de la Patria, juraron o prometieron la Constitución “por imperativo legal”. Otros la juraron “por la independencia de Cataluña”. Otros, “por la autodeterminación de los pueblos”. Otros, “por las víctimas del referéndum catalán”. Otros, “por la libertad de los presos”. Otros, “por los jornaleros andaluces”. Otros, por los esquimales del Polo Norte. Otros, por el ecologismo. Otros, por el Planeta Tierra. Otros, por Belcebú. Y otros, por su puta madre. Digo por la ramera madre de Belcebú. No del Planeta Tierra. Han jurado por todo menos por la Constitución Española. Así, se entiende todo lo que está viniendo después.
Y no me digáis que los juramentos son cosa del siglo pasado, de meapilas recalcitrantes y de fascistas inveterados. Bien que se jura con interés cuando el asunto interesa. Y si no, que se lo digan a Enrique Santiago, al actual secretario general del Partido Comunista de España y diputado andaluz por Sumar, al tipo con un ático en el barrio de Chamberí valorado en un millón de euros (el ático; no el barrio), al tipo que hace cuatro años, siendo diputado de Podemos y subsecretario del Gobierno, en una entrevista a la revista “Mongolia” que sigue colgada en YouTube, expresó su simpatía con el asesinato de la familia del Zar y mostró su disponibilidad para hacer una revolución leninista en España y acudir a La Zarzuela a dar matarile al rey: (Entrevistador: “Pero Enrique, ¿de verdad liquidaría…
¿Me meterán en la cárcel?