Ha sido perder el poder y los de Compromís no han dudado en quitarse la careta.
Por Pepe Herrero
A pesar del constante blanqueo que desde ciertos medios como Levante EMV o el propio A Punt (tras cuatro meses no ha variado su línea editorial manipuladora a favor de la izquierda valenciana) llamándoles “valencianistas”, los compromiseros no dejan de pasar ningún evento para mostrar su verdadera cara, la de catalanistas partidarios de la independencia de Cataluña y con ella la del Reino de Valencia (al que ellos llaman “Pais Valencià” por aquello de “país, part de països”) para separarnos de España y unirnos a estos países imaginarios.
De ahí que se ataque todo lo que sea español y sostén de la cultura española en general. La lengua es una de las excusas que emplean, insultando a todo aquel que escribimos y hablamos en español con la farsa de que así no promovemos el “valenciano”, cuando lo que ellos de verdad quieren es el catalán.
Todo el trabajo que sus estrategas han diseñado en los últimos meses se ha ido por el sumidero de la mentira al ver como una de sus cabezas, Águeda Micó”, no dudaba en encabezar la manifestación catalanista del lunes 9 de octubre por la tarde acompañando al delincuente Oriol Junqueras mientras abrazaba la estelada, símbolo del independentismo catalán, la misma estelada que lucía junto a los concejales de Compromís en el Ayuntamiento de Valencia cuando acuderon el pasado 25 de septiembre a los juzgados.
Ya no engañan a nadie, por mucho intento de blanqueo mediático que tengan. Están desbocados.
Y eso se nota en la calle, el rechazo popular que sufrieron sus escasos participantes en la procesión cívica de la mañana deja claro por qué perdieron el poder y por qué están en fase de disolución ideológica progresiva.
Son un virus autonómico a erradicar.