Voy a intentar explicar por qué.
Por Pepe Herrero
Que hablar de esto toca muchas sensibilidades que a día de hoy están muy al acecho.
Primero, el feminismo radical actual enturbia y engorrina todo lo que toca. El caso del beso, que si que está mal, para mi se está magnificando de manera creo yo qué desorbitada con fines políticos e ideológicos. Las mismas que ponen el grito en el cielo con este tema, callaron cuando la actual presidenta del Congreso votó en contra de investigar los abusos a menores en Baleares o con el tema del marido de Oltra. Señal inequívoca que no les importa todas las mujeres, solo las que pueden ser rentables ideológicamente. Y esta vez le ha tocado al fútbol femenino.
Un fútbol femenino que si, que está al alza, pero sobredimensionado. Tanto que puede ser perjudicial para el desarrollo del mismo.
Pedir el mismo salario para ellas que para ellos es hoy en día inviable además de demagógico y puede provocar el efecto contrario del que se persigue. No olvidemos que el fútbol es un negocio y mantener las cifras depende de lo que generen. Es como pedir que Chicote cobre lo mismo que la Pedroche en las uvas. O que los top model cobren lo mismo que ellas. No mira, las cosas en su sitio.
Luego está la sobreexposicion en los medios. Pongamos orden.
Que si, que tuvo una audiencia de 5 millones en TVE, pero no paralizó el país como en julio de 2010 hizo la masculina.
En La Fonteta que caben 8.000 personas, se dieron cita 1.700.
Que a la fiesta del Mundial masculino fueron cientos de miles de personas en las calles de Madrid y a ellas apenas eran 20.000 las que acudieron. Y Madrid no se paralizó como la tarde del 12 de julio de 2010.
Solo son dos ejemplos de la realidad actual.
Que se ha crecido si, de lo que me alegro por lo que os conté el otro día sobre el Levante Femenino de principios de siglo. Y este título ayudará mucho. Pero si forzamos mas de lo debido, puede romperse.
Se debe apoyar y difundir. Pero con conocimiento. Por el bien del fútbol femenino.
Es mi opinión.