OPINIÓN DE PEPE HERRERO
Si algo bueno hemos conseguido en esta campaña electoral autonómica, es que los partidos de la oposición sacan a pasear la identidad de nuestra tierra como argumento electoral. Cosa que antes parecía tabú. A pesar de que hay quien dice que la catalanización de Valencia es un invento aún viendo las evidencias diarias.
El 28 de mayo los valencianos estamos obligados a virar el rumbo de la progresión del acercamiento a Cataluña de la política, la cultura y la lengua en Valencia. No es que me olvide de la financiación, de la falta de agua, de la enorme deuda que el gobierno de Puig ha generado, del abandono de la ganadería, del desprecio a los agricultores o autónomos, de la falta de limpiezas en los montes provocando incendios dantescos, de la falta de preparación de los consellers que han dejado momentos como la falta de coordinación con el tren de Bejís, de la nefasta gestión en los hospitales revertidos y la sanidad en general, de la manipulación informativa, de la ocultación de datos para que se sepa lo menos posible sobre la gestión de los centros de menores, de la infame defensa a Oltra y su ex marido con el ataque a la niña abusada por éste, de la deficiente gestión de la pandemia con ataques a la hostelería mientras que otras comunidades las restricciones eran mucho menores, de la sospechosa actuación en accidentes como el Medusa, de los casos de corrupción como el Azud o el hermano de Puig y sus megasubvenciones o de tantos otros temas. No es que me olvide, no. Pero hoy quiero traer el tema de la catalanización progresiva de Valencia desde los poderes públicos desde hace décadas acrecentada por el Botánic y el Ayuntamiento de Valencia.
La Comunidad Valenciana, con el patrocinio del Gobierno Autonómico, y cientos de ayuntamientos controlados por la izquierda valenciana, junto con el apoyo de entidades y asociaciones creadas al efecto o creadas con otros fines tapadera, como el Casal de Malilla por ejemplo, y la coordinación de asociaciones alimentadas de jugosas subvenciones por todas las ias instituciones como Plataforma per la Llengua, Escola Valenciana, Acció Cultural del País Valencià o el Micalet entre otras muchas, aumentó la presión sobre este tema desde que entraron, consiguiendo avances importantes que envenenan la convivencia y deterioran la cordialidad entre los valencianos.
Han empleado todas sus armas legales y oficiales para criminalizar a todo aquel que nos hemos manifestado contra esta progresiva catalanización de Valencia mientras que han estado callados con altercados y violencia callejera como la de las manifestaciones contra el encarcelamiento de Pablo Hasel donde se tuvo que escuchar al alcalde atacar a la policía en lugar defenderla y atacar a los violentos.
Se han valido de montajes como los casos inventados de quienes dicen ellos que no les atienden por no hablarles en castellano intentando marcar a los establecimientos donde se han inventado estas manipulaciones como el de Burjasot o el Carmen.
Han intentado utilizar el miedo criminalizando y llamando ultras a quienes portábamos señeras coronadas o banderas de España. Nos prohibieron una concentración en la Pza del Pilar de forma antidemocrática. No quieren que nada empañe su hoja de ruta.
Pero hay que hacer un llamamiento a los valencianos para que el día 28 de mayo se revierta esta situación, se de la confianza a otro grupo de políticos que sean valientes y que sepan que tienen nuestro apoyo para iniciar la revolución anticatalanista y a favor de la españolidad de Valencia con la garantía constitucional y estatutaria.
No va a ser fácil, lo adelanto. Este trabajo realizado en estos ocho años por los gobiernos sucesivos del Botànic han incrustado de ideología las instituciones con múltiples cargos y contratos. Han generado un clientelismo que teme que, si pierde la izquierda, les obligue a trabajar a partir de ahora. Llevan años enseñando en la escuela historias manipuladas de nuestro pueblo resaltando poetas que apoyan sus tesis separatistas catalanas mientras olvidan a los verdaderos escritores valencianos que trufaron de grandes obras el Siglo de Oro Valencianos. Cuentan mentiras que intentan hacer creer a los niños hechos falsos como la existencia de una corona “catalanoaragonesa” que nunca existió. O lo que es peor, obligan a los niños a estudiar una lengua ajena a la que de verdad se habla en Valencia generando una confusión que provoca que el valenciano sea cada vez menos usado por la población en general mientras la compresión lectora del castellano se reduce de manera alarmante.
El día 28 de mayo debe ser un punto de inflexión y debemos vigilar que la entrada del centro derecha en el poder suponga una verdadera situación de cambio real permita que los valencianos seamos libres de ideología inventada y de hablar y pensar como queramos, no como nos digan ellos.
No os diré a quien tenéis que votar, pero si a quien no, a la izquierda valenciana en general, Compromís, PSPV y Podemos. Quiero ser un valenciano libre y votándolos a ellos no lo seré.
Y tú que has leído esto, ¿quieres ser libre o que te obliguen a pensar de una forma determinada?
Soy valenciano, soy español. Y quiero seguir siéndolo.
¡Gracias!