OPINIÓN DE PEPE HERRERO
Hace justo una semana os hablaba de que había “mucho ruido, pero pocas nueces” en el panorama político valenciano.
Siete días después, no era lo que había buscado, pero algo hemos avanzado. Ya no hay la ensalada de patiditos buscando sus 500 votos de costumbre, ahora hay dos coaliciones y una tercera integrada en Ciudadanos con sensación más seria.
Molestó mi artículo, pero quien me conoce sabe que aplico aquello de que “quien bien te quiere, te hará llorar”. Ahora, cerradas las listas, mi percepción ha cambiado algo, pero no para estas elecciones. Y me explico.
Aunque alguna de ellas, o las tres, no consigan representación, no deben cejar en el empeño de seguir su labor con la mirada puesta en el 2027, y si me apuras, intentar unirse para la campaña nacional de diciembre, pues veo un 80% de coincidencias que superan en mucho a la diferencia de los tres bloques, Ciudadanos, Units y Decidix.
Lo necesario y urgente de estas elecciones municipales y autonómicas en Valencia y su Reino es echar de las instituciones a los partidos de izquierda. Su servilismo a Madrid y Cataluña nos está hundiendo en la miseria y el seguimiento de las doctrinas nacionales nos impide avanzar como pueblo. Ahora es cuando me diréis que, si ganan PP y Vox es lo mismo, pero por la derecha. Pues no lo veo así, y os lo voy a explicar.
Como os digo, lo primero es tirar del poder a esta izquierda plegada totalmente a doctrinas comunistas, socialistas y separatistas cargadas de ideología excluyente Han sembrado el odio al que piensa diferente y están provocando un malestar en la convivencia que es preciso erradicar. Tirarlos sin perder de vista el horizonte.
Una vez conseguido esto, si gana el bloque previsto, PP-Vox, no tienen que sentir que están solos en el poder y debe encontrar razones para esgrimir a sus centrales madrileñas y así poder desarrollar políticas que se alejen del ninguneo habitual del centralismo. Deben sentir el aliento de estas coaliciones que, aunque no hayan conseguido llegar, pero si que les hagan sentir presión porque llevan el camino de convertirse en opciones reales de las que se necesitan en Valencia para las próximas elecciones.
Aún queda mucho camino, el 28 de mayo no debe ser el final, puede ser el principio de mostrar que en Valencia se está gestando algo muy grande que generará unas fuerzas propias que beneficien al conjunto de la sociedad valenciana cansados de tanto ninguneo nacional.
¡Suerte a todos! Y a no desfallecer pase lo que pase.
PEPE HERRERO
