Una batalla errada
Voy a desarrollar un comentario delicado y complicado. Espero que lo entendáis porque adelanto que no os va a ser fácil entender en la medida que quiero transmitirlo.
Ya son fallas, ya estamos en fallas. Las fallas son fiesta y alegría. Y como tal, los temas polémicos se dejan en la puerta del casal. A ello se une que este año los falleros andamos desbocados como tratando de recuperar en un año el tiempo que nos han hecho perder por una pandemia que conforme pasa el tiempo siento muy manipulada. Pero no es el tema ahora. El asunto es que andamos apresurados en recuperar emociones tal como vimos ayer a los pies de las Torres de Serranos, bueno, hasta la Pza de Santa Mónica por enfrente y por los lados casi inimaginable. Y es que este acto este año es indicativo del estado de ánimo eufórico de todos los falleros.
En este contexto, lo que menos le apetece a la gente fallera es entrar en discusiones y diferencias que enturbien ese éxtasis festivo. Por eso, entrar en debate sobre si hay que escribir “ya estem en falles” o “ja estem en falles”, creo que ahora es inoportuno e incluso perjudicial. Es igual que cuando alguna orquesta ofrece en la parte final una amplia gama de canciones de grupos de marcado carácter pancatalanista que disfrazan de “temas en valenciano” para justificar su interpretación pero que a nadie le importa por muy valencianista que sea. En ese momento, gin-tonic o cerveza en mano, bailando o apoyado en la barra viendo como pasa la gente, charlando amigablemente, también, por qué no decirlo, entablando relación o conversación para intentar acabarla en una noche de pasión, o simplemente bailando con sus amigas, lo que menos le preocupa a estos falleros es en que idioma se canten las canciones o quien las haya compuesto.
A esto le sumamos que la gente joven no lo ve raro, es más, ve que es lo normal pues llevan años aprendiéndolo en la escuela sin que nadie haya parado esa dinámica. Además, que debe de decirlo así para aprobar. Por lo que provocar un enfrentamiento en esta situación no es oportuno. Os lo digo como fallero desde el año 1977 y como valenciano y valencianista aunque escriba en español. La experiencia me dice que el mismo texto escrito en el valenciano real, el de la RACV, pierde hasta un 70% de lectores. Es la realidad, y entender que esta batalla está perdida y que esta no es la forma de luchar en esa guerra de lenguas, es complicado, pero hay que buscar la estrategia correcta para no morir en las trincheras políticas.
Estamos en fallas, como se ve en la imagen, la gente quiere fiesta. Creo que deberíamos dejar estos debates para otros momentos o lugares.
Si, sé que alguno podéis pensar que si los dejamos campar a sus anchas se harán con todos. Pero os digo que hace tiempo que se está haciendo, y de esta forma tan subliminal. Pienso como vosotros, pero no podemos combatir carros de combate con tirachinas. Estamos en clara desventaja.
Han conseguido que la lengua solo sea importante cuando a ellos les interesa, como cuando no se les atiende en “valenciano” (según ellos) en un restaurante. Al contrario, no es noticia, es más, a mucha gente les molesta.
No digo cejar en la batalla de la lengua donde nos llevan mucha ventaja, solo digo buscar las armas debidas para poder recuperar un terreno muy minado.
Mientras, multitud de comisiones usarán en el mismo llibret las dos normativas, la de la RACV para poder tener premio y asegurarse pasar por la plaza a recoger algún palito y en la de la AVL para poder conseguir premio y llevarse una buen cantidad de dinero de la Conselleria de Cultura. No importa el medio, importa el objetivo.
Una confrontación a pie de calle es perjudicial por la diferencia de artillería. Por eso es mejor que cada uno digamos las cosas como queramos. En las fallas es normal que reine el respeto a diferentes ideas de todo tipo. Ya habrá tiempo de reivindicar. Por qué…
¡YA ESTEM EN FALLES!
(Es mi opinión, igual no coincide con la tuya, pero gracias por leerme)
Foto del muro de Amparo Badimón