La diferencia de trato mediática según quien ejerce la violencia clama al cielo.
Uno se pregunta muchas cosas habida cuenta de la evolución diaria de los hechos. Así, vemos como sucesos que suponen portadas, tertulias y columnas infinitas de condena y rechazo, si luego pasan a otro bando son casi ninguneadas.
Un ejemplo claro es lo que sucedió el sábado en una mesa de Vox en Valencia. Un inmigrante sin documentación atacó a la mesa siendo reducido por los presentes, entre ellos el inspector cesado por Marlaska por decir la verdad, Ricardo Ferris.
El suceso apenas ha sido comentado en algún bolo o en alguna noticia aislada. Los medios nacionales han obviado totalmente el suceso. Nada comparable con lo que sucede cuando los atacados son algún partido de la izquierda con portadas, grandes titulares y ataques a la ultraderecha sin ni siquiera saber quienes son los autores. Casos como las famosas balas en un sobre, una pintada en la carretera o una sede quemada.
¿Os imagináis las reacciones al más alto nivel si una mesa de Podemos o del PSOE es atacada por alguien con una navaja?
Otro caso son las palabras de la diputada de Vox dirigidas a Irene Montero que supuso una oleada de rechazo a la diputada por su “violencia políticia”, siendo condenadas por toda la izquierda sin fisura. Sin embargo, la agresividad política mostrada por la propia ministra de Igualdad contra el PP apenas supuso la retirada de las acusaciones del libro de actas y desacuerdos con la propia ministra desde sus compañeros de gobierno, incluyendo a Yolanda Díaz. También, nada comparable unas reacciones y otras.
Quiero dejar claro en este breve comentario la realidad que estamos viviendo y en la que creo que si se quiere avanzar tanto en convivencia como en normalidad democrática, se debería atajar en lugar de usar como arma política. Porque luego esto se traslada a la calle y la crispación comienza a formar parte de nuestra vida diaria enfrentando incluso a familias. Y estamos cerca de Navidad…