Recelo sumergido ante el conocido carácter pancatalanista del nuevo arzobispo de Valencia.
Eso se dice erróneamente como cita del Quijote que, aunque no dice eso ni con el mismo sentido, se ha popularizado como frase donde indica que algún problema o inconveniente ha surgido con algún estamento o autoridad de peso.
Pero este caso la coincidencia permite una literalidad gráfica de la descripción del hecho.
Y es que el nuevo Arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, es de un marcado tinte pancatalanista que nadie se atreve a desvelar o a contar quizá por miedo, quizá por respeto, quizá porque piensa que pueda ser apartado de una sociedad bastante hipócrita en la que el que se atreve a decir que “el Rey va desnudo” es de inmediato estigmatizado por atreverse a decir la verdad. Y esa verdad es cierta.
Incluso parece que lo lleve en el ADN, su sobrina de Compromís, Aina Benavent, es alcaldesa de Quatretonda, lo que ya sabéis, Compromís, lo que lleva a una ideología amante de la comunidad del norte a la que llaman “país”.
No sé si el miedo a decirlo públicamente es por el control de ciertos medios, de ciertos círculos o de ciertas “Obras” que controlan buena parte del entramado económico y social valenciano. Pero entidades y personas que suelen criticar el pancatalanismo de la izquierda valenciana o de otras entidades, ahora están callados.
Veremos si la “Virgen de los Desamparados” deja de llamarse así y pasa a llamarse “Mare de Deu dels Desemparatas” por Obra y Gracia de Dios, (o un dios menor revestido de arzobispo) o por el contrario el arzobispo Benavent entiende la sensibilidad de los valencianos creyentes y respeta el nombre, las tradiciones y el idioma valenciano en las misas demostrando la grandeza de miras que su cargo merece y nos habla en el valenciano auténtico, el de la RACV.
¡Amén!