El socialismo valenciano sufre una larga, muy larga travesía en el desierto en el Ayuntamiento de la ciudad.
Tras dejar de ostentar la alcaldía Clementina Ródenas pasando a manos de Rita Barberá en 1991, los socialistas no han tocado “mare”, 32 años llevan ya sin saber lo que es la alcaldía de Valencia. Ni los seis candidatos presentados contra Rita Barberá ni los dos que llevan ya contra Ribó, han podido vencer. Clementina Ródenas en 1991, Aurelio Martínez en 1995, Ana Noguera en 1999, Rafael Rubio (hoy encerrado por el caso Azud) en 2003, Carmen Alborch en 2007, Joan Calabuig en 2011, todos ellos sucumbieron ante Riba Barberá, y el propio Joan Calabuig en 2015 y Sandra Gómez en 2019 ante Joan Ribó.
Ahora, cercanos ya a las elecciones 2023, el movimiento interno socialista está latiendo con fuerza pues me llega que desde Madrid no consideran a Sandra Gómez como la candidata idónea para tratar de arrebatar la alcaldía a Ribó ni vencer a María José Catalá. Conocen desde Ferraz la andadura de Sandra en los últimos años, sobre todo desde que organizó el frente anti Sánchez en Valencia a favor de Susana Díaz con llamadas alertantes de las consecuencias que podría tener no apoyar a la andaluza. Algo que no olvidan en Madrid. Y saben que está falta de carisma y simpatía entre la ciudadanía, sobre todo siendo una gran desconocida. De ahí que se hicieran esas campañas en autobuses semanas antes de las elecciones 2019 y ahora, recientemente, se hiciera otra campaña en muppings de la ciudad con su foto con el fin de hacerla más visible. Aún así, no destaca ni rompe en popularidad necesaria para acometer el reto de vencer. ¡Vamos! Que no cae muy bien ni tiene madera de líder.
Es por ello que en Ferraz, el entorno de Sánchez se replantea la candidatura de Sandra, se ven venir otra debacle municipal y por lo que me llega, tienen más confianza en Pilar Bernabé que goza de más popularidad y mejor valoración ciudadana, aunque piensan que el perfil político de Pilar es menos definido que el de Sandra y su capacidad gestora es menor que la de su compañera.
Sea como sea, todo parece indicar que se está trabajando para una alternativa a Gómez, hecho que tampoco pasa desapercibido en las filas socialistas de Valencia y de ahí algunos movimientos y reacciones radicales en algunos concejales del PSPV más cercanos a Ábalos quienes tratan de “hacerse ver” de entre la jungla política. Radicalismo que también se ha visto en la propia Sandra, una actitud antes desconocida en ella que repele al votante no cautivo. A los valencianos no les gusta una alcaldesa tan extremista que no entienda que en esta bonita ciudad cabemos todos. Una candidata que cae en profundas contradicciones como que se dice “feminista” pero luego “olvida” condenar los abusos a una menor. Por ejemplo. Este detalle no ha pasado desapercibido en el electorado.
Todo esto nos hace pensar que si Sandra Gómez sigue de candidata a alcaldesa por el PSPV será porque no hay nada que mejore su escasa altura política, a pesar de que una lista encabezada por Sandra supondría un resultado muy incierto para mayo. Las encuestas, las verdaderas, las que ellos manejan en las sedes, no las maquilladas por el CIS, se lo dicen muy claro. Es más, saben que hoy son minoría. Y los votos cautivos de la izquierda, esos acomplejados que “votan a la izquierda porque los nacionales mataron a mi bisabuelo” o los que prefieren que sus hijos pasen hambre antes que votar a la derecha, ven a Ribó más solido y creíble que a Sandra Gómez, a quien la experiencia y preparación política de Compromís se la ha merendado durante dos legislaturas.
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