1 ondaValencia noticias opinion     7 ondaValencia Radio     8 ondaValencia Zen     9 ondaValencia TV     10 Noticias Falleras

 

odio.jpg

1220_AUTO_ESCUELAS_CORELLA.png

Un arma ideológica de la izquierda

SEPARADOR_NOTICIAS_WEB.jpg

Por Pepe Herrero. 

Acaban de acusar al inspector Ferris de “delito de odio” por asegurar que la gran mayoría de detenidos en su comisaria son extranjeros. Se ha cansado de decir la mentira habitual en la que la izquierda suele regodearse para justificar sus ataques a quienes se oponen a sus doctrinas. Así, el inspector nunca dijo que “inmigración es igual a delincuencia”, solo un tonto o un malvado tergiversaría sus palabras, pero si dijo que “delincuencia es igual a inmigración”. Y es que Ferris se ha atrevido, ha osado, a romper un tabú que es vox populi.

El término “Delito de odio” se está convirtiendo en un arma ideológica de la izquierda peligroso y sectaria. Así, desde la izquierda se decide que grupos son merecedores de ser protegidos por este delito si se critica algo de ellos y que grupos no lo son.

Recordemos que este delito se define desde la Ministerio del Interior como  “Cualquier infracción penal, incluyendo infracciones contra las personas o las propiedades, donde la víctima, el local o el objetivo de la infracción se elija por su, real o percibida, conexión, simpatía, filiación, apoyo o pertenencia a un grupo como los definidos en la parte B.

(B) Un grupo debe estar basado en una característica común de sus miembros, como su raza real o perceptiva, el origen nacional o étnico, el lenguaje, el color, la religión, el sexo, la edad, la discapacidad intelectual o física, la orientación sexual u otro factor similar.”

Pero la realidad es que es usado para intentar amedrentar y atenazar cualquier atisbo de idea contraria a la impuesta por la izquierda como dogma de fe. Si ellos lo dicen, es Ley y tiene que ser respetado y nunca ser discutido.

Vemos llamativamente como la presidenta de una de estas 30 asociaciones es la fiscal Susana Gisbert quien fue propuesta por Podemos para el Tribunal Constitucional. Son 30 asociaciones bien remuneradas por los gobiernos de izquierda valencianos que tenemos lo que hace presumir que su enfado no es más que evitar que la verdad salga a la luz por el riesgo que ello supondría de perder sus emolumentos en forma de subvenciones. Si no, no se entiende la tergiversación de las palabras del inspector.

En su libro Crímenes de odio: Derecho Penal y política de la identidad, James B. Jacobs y Kimberly Potter critican la legislación sobre delitos de odio para exacerbar los conflictos entre los grupos. Afirman que mediante la definición de crímenes cometidos por un grupo contra otro, en lugar de ser cometidos por individuos contra su sociedad, el etiquetado de los delitos como "crímenes de odio" hace que los grupos que se sienten perseguidos por los otros, y que esta impresión de la persecución puede incitar a una reacción violenta y por lo tanto llevar a un aumento real de la delincuencia.12

Algunos han argumentado que las leyes de crímenes de odio adaptan la ley del descrédito y aún más abre la brecha de la sociedad, debido a que grupos aplicarán dichas leyes para silenciar a sus críticos.13​ Algunos han argumentado que, si es cierto que todos los crímenes violentos son el resultado del desprecio del autor para con la víctima y, a continuación, todos los crímenes son crímenes de odio. Por lo tanto, si no existe un fundamento alternativo para procesar a algunas personas más severamente por el mismo delito sobre la base de quién es la víctima, continuación, entonces los diferentes acusados son tratados desigualmente en virtud de la ley, lo cual viola la Constitución, el derecho a la igualdad y el principio de igualdad ante la ley.14

Esto demuestra que el término “delito de odio es muy difuso y no deja de ser un arma ideológica para intentar asustar y maniatar a quienes puedan pensar que las políticas empleadas en ciertos colectivos no son las correctas. En cuanto se critica algo de estos colectivos, de inmediato saltan con la frasecita que está perdiendo su razón de ser “delito de odio”.

¡No, perdona! Yo no odio a colectivos susceptibles de padecer discriminación, yo lo que digo que la forma de ayudar a esos colectivos no es la correcta. Pero da igual, las mentiras de la izquierda son indiscutibles bajo la amenaza de denunciarte por “delito de odio”.

Y me pregunto ¿Cómo se puede juzgar un sentimiento? ¿Por una acción? ¿Por una declaración pública? ¿Por una publicación?

Si es por eso, vemos delitos a diario, y no por la derecha, no.

Mantenida por eMain