OPINIÓN
La miseria de Oltra la vimos desde que enfundada en camisetas se dedicaba a embaucar a incautos que pensaban que con ella y su equipo nuestra Comunidad Autónoma iba a ser próspera y se acabaría la corrupción.
Su miseria la vimos cuando ella y su coalición no le importaba llevar a los tribunales a ciudadanos metidos s políticos que tras años de “pena de banquillo” han sido absueltos hundiendo moralmente a estas personas.
Su miseria la seguimos viendo cuando tras conocer que su ex marido abusó de una menor tutelada lo mantuvo en el cargo dos años más y su Conselleria maniobró para intentar exculparlo a él y tratar de culparla a ella de mentir, incluso haciendo que llevaran a la chiquilla engrilletada al juicio a pesar de ser la víctima, hecho que escandalizó a la misma jueza que ordenó de inmediato quitarle las esposas a la niña.
La seguimos viendo cuando tras el incendio de Moncada con la muerte de nueve mayores se descubrió que la residencia tenía la licencia caducada dos años siendo que al parecer no es la única, pero “extrañamente” la repercusión mediática ha sido mínima.
También cuando se descubrió que hasta 175 menores tutelados habrían sucedido abusos y ella pasó muy por encima del yen llegando a hacerse la víctima con otro “extraño” silencio mediático.
Ayer Mónica Oltra escribió un nuevo capítulo de miseria al culpar a Vox de la agresión supuestamente homofoba en el instituto de Bétera.
No quiero una vice presidenta del Gobierno Valenciano tan, tan, tan miserable.
Mónica, ¡vete ya!
