Hoy 10 de febrero de 2022 puede suponer una fecha histórica. Éstos detalles me gusta verlos desde una perspectiva real de los acontecimientos.
Llevamos décadas en las que el ninguneo de la política está permitiendo que nuestra comunidad autónoma sea una zona de confort para el intento del nacionalismo catalán de extender sus garras por la Comunidad Valenciana y situarnos en la órbita de los inexistentes países catalanes.
Primero fue el partido socialista de Lerma y de Ciscsr quien los 80 ya comenzó a dar muestras de sus intenciones.
Después fue la indolencia del Partido Popular la que permitió que se fuera extendiendo cuál Alien en las instituciones y en la enseñanza.
Y la explosión que intentan que sea definitiva se está produciendo en las dos legislaturas donde la izquierda radical valenciana está gobernando nuestra comunidad autónoma y multitud de municipios con la condescendencia del Partido Socialista del mal llamado país Valencia.
El descaro y las prisas que esta izquierda radical valenciana capitaneada por compromís y podemos en esta extensión del independentismo catalán en Valencia está provocando la alarma social y el despertar de entidades y ciudadanos que ya ven un peligro real de catalanizar Valencia por todo lo acontecido.
Así cuatro de las entidades más antiguas de Valencia ha movido ficha y quieren movilizar a los ciudadanos de una forma que sea alejada de la política pero sin desdeñarla, todo lo contrario, son conscientes que es necesario el apoyo político para acometer un muro de contención ante el nacionalismo catalán.
Esta tarde de jueves a las 19 horas en el Ateneo Mercantil de Valencia se celebrará un acto donde se dará a conocer las acciones programadas para iniciar esta concienciación ciudadana para detener este avance separatista de la izquierda valenciana que está alcanzando cotas impensables hace apenas una década.
Sé que esta lucha me está costando seguidores, pero tengo muy claro que la pasividad no va a ser mi actitud ante lo que está sucediendo en la Comunidad Valenciana.
Mi apoyo a este movimiento social es total y absoluto. No quiero que mis hijos y mis posibles nietos vean que por estarme quieto viven una situación igual que la que vive Cataluña en estos momentos de xenofobia a todo lo español, de odio entre familias y de fomento del esperpento de la vida social.
Yo lo tengo muy claro. Hay que convertir nuestra tierra en una zona hostil para el independentismo catalán y sacarlos de la zona de confort que supone en estos momentos para ellos las instituciones, la enseñanza, las universidades y la cultura. Controladas actualmente por este independentismo.
Si vosotros también pensáis igual, esta tarde tenemos una cita.
