Así estamos muchos españoles de la situación que llevamos casi dos años viviendo.
Desgraciadamente, para escribir este comentario y que las redes no me reduzcan la llegada, tengo que evitar palabras clave que mermarían la cantidad de seguidores que la pudiérais leer.
Por ello, tengo que dejar iniciales y sinónimos que expliquen lo que veo.
La reunión de ayer de los presidentes autonómicos con Sánchez dejó claro que el pueblo está cansado y no va a admitir ningún confinamiento ni ninguna medida restrictiva más allá de la estrictamente necesaria. Ellos lo saben y la primera muestra es que el tema de las mascarillas se ha minimizado ante la reacción social que había producido y el rechazo a esta medida de usarla en espacios abiertos.
Si esto ha provocado esta reacción, mucho peor hubiera sido tomar decisiones como toques de queda o confinamiento.
Creo que tras la declaración de inconstitucionalidad de los pasados toques de queda, muchos no haríamos caso.
Lo cierto es que se nota agotamiento ya en la calle, en las empresas, en los establecimientos, en el pueblo en general. La situación con el bicho empieza a desesperar y generar muchas dudas. No se entiende como cada cierto tiempo haya una raza de bicho que distinto que provoque olas cuando se conoce el origen y no se toma medidas para que no entre en el país. Paso con la variante de la India y ahora con la de Sudáfrica, nombradas con letras griegas que prefiero no decir para no identificar el comentario en los algoritmos de aquí, donde sabiéndose que existía, nadie puso medios para que en los puertos y aeropuertos nadie pasara.
Son muchas dudas y esto empieza a parecer que es aprovechar esta enfermedad para ejercer un control social que nos está llevando a la ruina. Y de todos es sabido que el arma más poderosa para dominar un país es el hambre.
Cada vez estoy más convencido que se está usando para tener lo más controlada posible a la población, alargan y estiran situaciones según necesidades. Y ejemplos puedo poneros muchos. Tal como dijo el hombre aquel en la terraza del bar que fue entrevistado por una televisión y dijo que "esto es una medida para control social no sanitario, si me piden el Pas... Cov... doy media vuelta y me voy".
No se entiende como para algunas cosas las restricciones son tremendas y para otras son tan laxas que parece como si no pasara nada.
Tampoco se entiende como lo que hay que enseñar para poder entrar en los bares es obligado cuando el problema lo tiene la persona que no ha querido ponerse lo que se pone con aguja en lugar de quien si que lo ha hecho. Es complejo de entender. Y creo que estamos cayendo en un grave error, pues mientras que nosotros discutimos y nos decimos de todo entre los pros y los contra pinchazos, las élites siguen jugando a sus juegos de SIm particulares globales.
Ante tanta palabra oculta para que aquí abajo no me salga el famoso cartelito, espero haberme explicado.
