Sorda de un oído. Destrozada vaginal e intestinal mente. Ya lleva cuatro operaciones.
La niña de Igualada sufre día a día.
Una mujer asesina a sus dos hijos y se suicida quemando la habitación con los niños dentro mientras que el padre, camionero, estaba de ruta por Alemania.
Pero a la ministra de Igualdad parece no importarle. A las feministas que se manifestaron en tromba contra la manada de Pamplona como vemos en la foto se ve que no les importa.
Cuatro días después se publicada que la policía tenía cercados a los autores de la violación.
Pero 19 días después no se sabe nada de ellos.
Suena a que si se descubre quienes fueron les rompa el relato que tratan de imponer de “hombre blanco, español, siempre machista”.
Porque cada vez más vemos como la inmigración descontrolada y permisiva de este Gobierno está llevando a que la población abra los ojos y vea que cuando el violador o asesino es un español, abre telediarios, manifestaciones ingentes, minutos de silencio, declaraciones institucionales. Si es extranjero, se silencia en lo posible.
Y no, señores censores de Facebook o cualquier red sosial, no nos vengáis con pamplinas, esto no es racismo ni leches. Es una denuncia de la diferencia de trato de los hechos según quien lo haga.
A la mujer asesina de sus hijos no se le describe así, como si que lo hacen cuando es un hombre el que lo hace.
La diferencia de trato en muchos medios si es mujer u hombre o si es español o extranjero empieza a clamar escandalosamente entre la población “normal”.
La doble moral de la izquierda queda cada día más desnuda.
