Las redes sociales, sobre todo Twitter, tienen a veces episodios apasionantes que demuestran la realidad de las situaciones.
Y esto es lo que ha sucedido con Gaspar Llamazares.
Llamazares estuvo al frente de Izquierda Unida tras la marcha de Julio Anguita, ahora está al frente de un partido llamado Izquierda Abierta.
Ha escrito un libro, el que ilustra este comentario, y lo iba a presentar en Madrid hoy jueves 4 de noviembre. El mismo Llamazares denunció en las redes que había sido vetado por el local en el que se iba a presentar.
De inmediato, seguidores suyos han empezado a hablar que si de franquismo, que si vetos, que si a donde nos está llevando la extrema derecha, vamos, como siempre. No tienen otro discurso.
Pero los zascas a estos comentarios no se han dejado esperar pues el local en el que se iba a presentar es el de CCOO, es decir, el sindicato del partido que él mismo había dirigido desde el año 2000 al 2008.
La evidencia en la que han quedado los comentarios tachando de vetos y dictaduras de la derecha la prohibición es una muestra de que hay gente que participa en los foros sin leer más que el titual y sin informarse de la realidad. Pero lo peor es que aún viendo que han metido la pata intentan disculparse y justificar cuando no dejan la callada por respuesta.
Y así se funciona en la política en España, se difunden mentiras y bulos por parte de la izquierda contra la derecha y muchos ignorantes les creen a pies juntillas. Es aquí donde de verdad hay que actuar, en la estructura más que en contenido.
En este hilo hemos podido ver respuesta cargadas de ironía como la que le han recordado que "es lo que tiene el fascismo, por eso hay que luchar contra él desde políticas de derecha", en clara alusión a que el verdadero y único fascismo está enla izquierda.