Os voy a contar varias cosas que he visto estos días y que no dejan de sorprenderme.
El pasado 9 de octubre por la tarde tuve que quedarme en casa, estuve viendo cómo se movía todo y por donde iban algunos tiros que me llamaban la atención.
Pero desde ese día por la mañana hasta ayer mismo por la tarde han sucedido varias cosas que me gustaría traeros.
Por una parte vimos a una consellera de Chimo Puig, de IU, participar en la manifestación vespertina con una pancarta a favor de los Països Catalans.
Otra consellera, en este caso de compromís, iba a Barcelona a una convención contra la ampliación del puerto de Valencia.
Como sabéis la CUP y Arran organizaron un acto en Benimaclet el día 8 con la consabida pancarta de País Valencià Països Catalans. Pancarta que pasearon por las calles de Valencia sin ningún pudor el día nueve por la tarde también.
Pero aquí no queda todo, porque esto forma parte de algo más.
Si no, no se entiende como para poder llenar las manifestaciones tiene que venir tantísima gente de fuera. Porque la gran mayoría de los participantes por la tarde venían de fuera.
Aún así me pregunto quien corrió con el coste de todo lo que suponía atraer gente en trenes, en autobuses y en otros medios para participar en una manifestación en Valencia.
También me pregunto que les mueve a tener que traer tanta gente para intentar dar miedo. La estética de los participantes sin duda alguna no es casual.
En la ciudad hay dos puntos neurálgicos del entramado llamado por ellos mismos antifascistas, que en realidad son fascistas y pancatalanistas, porque ellos sí que son fascistas, estos dos pintos son Benimaclet y Malilla.
En Malilla con el Casal cedido por el ayuntamiento que es utilizado como base para concentraciones como la del sábado y en benimaclet, que como sabéis es la zona comanche del independentismo catalán en Valencia. Recordar el famoso ticket del restaurante.
Pues bien, ayer se produjo un hecho extraño alli, en Benimaclet.
Se habían convocado siete manifestaciones de las cuales tan solo se celebró una con no más de 150 personas.
De ahí que el dispositivo policial fuese tan amplio.
Suponemos que la razón de convocar estas manifestaciones era ocupar el barrio para que no se produjera una manifestación como la del año pasado de España 2000.
Sin duda todos estos movimientos forman parte de algo que se está tejiendo en la ciudad en torno al independentismo catalán. Todo ello con el apoyo y la aprobación de los gobiernos autonómico y municipal. A las muestras me remito. Al silencio tanto de Chimo Puig y compromís también me remito. Y a su alocado alegato repentino contra la descentralización de Madrid, sin duda para atacar a Ayuso.
Todo esto con la inestimable colaboración mediática de medios como Levante EMV y A Punt, quienes no dudan en manipular tendenciosamente la realidad de lo que está ocurriendo.
Por cierto, tras lo que he escrito estos días, he tenido que bloquear en Twitter a más de una decena de cuentas claramente falsas con tintes separatistas catalanes.
Seguiremos atentos.
