El antaño defensor de Susana Díaz en contra de Sanchez, Chimo Puig, se ha lanzado a atacar a la fiscalidad madrileña.

Y es que el dueto de la doble A, Ayuso y Almeida, ha desatado el pánico en el rojerío nacional.

Por cierto, abro un inciso: ayer tuve que bloquear a tres personas que escribieron en el post sobre el pancatalanismo valenciano porque lo más amable que me llamaron fue “facha”, pero luego usé la palabra “rojos” y hubo quien se molestó. Es la doble moral roja. Cierro el inciso.

Pues ese rojerío se ha lanzado en tromba porque ven en la gestión de Madrid un peligro real para ellos. Una gestión de la pandemia que está resultando un éxito a pesar de los múltiples ataques de la prensa y las redes rojas contra todo lo que Ayuso ha hecho.

Al final resulta que está siendo de las comunidades mejor gestionadas tanto sanitaria como económicamente. Y esto no se puede permitir desde el rojerío. Bajando los impuestos ha mejorado la economía madrileña.

La caza de brujas iniciada por Rufián ha sido adoptada de inmediato por el PSOE a nivel nacional y por Chimo Puig a nivel autonómico en nuestro reino. Les rompe la hoja de ruta trazada y demuestra que si las cosas se hubieran hecho pensando en las personas y las decisiones se hubieran tomado pensando en la sanidad para mitigar la enfermedad con el mínimo impacto posible en la economía, la situación de España no sería tan grave ni en el plano sanitario ni económico.

Pero de haber sido así, España no estaría tan débil y no se hubiera podido manejar las decisiones políticas encaminadas, sobre todo, a esa agenda 2030. Temerosa y peligrosa agenda de la que en breve hablaré. Solo os diré que la dirige Pablo Iglesias.

No hay decisión en España que no se tome pensando en esa agenda. Decisiones que con una España fuerte sería muy complicado tomar.

Y Chimo Puig nos ha metido a los valencianos de lleno en esta peligrosa deriva.

(Foto: web del diario Levante EMV)