Veo que hoy Pablo Casado se ha rebelado contra la mentira y el control de los medios. Que ha explotado y ha hablado por fín de la realidad que vengo denunciando hace tiempo. El problema no es lo que se hace, es lo que se publicita.

 Llevo tiempo diciendo que la política no es política, es propaganda y manipulación mediática al más puro estilo Goebbels o, para no herir sensibilidades, Noam Chosky. Siguiendo sus procedimientos se intuye rápidamente por donde van los tiros en la actualidad.

No en vano, ya lo decía Pablo Iglesias antes de gobernar: "yo quiero un telediario en la Primera (en la 1) y la agencia EFE". Sabedor de que el control de los medios es fundamental hoy en día para controlar a la opinión pública.

Llevo desde el principio de la pandemia tratando de desgranar todos y cada uno de los movimientos de los gobernantes actuales, sobre todo a nivel nacional, para intentar conocer por donde van. Y no fallan en cada una de sus decisiones. Son estudiadas, impostadas, preparadas y analizadas para mover a la masa de votantes hacia su redil.

No dudan en utilizar todos los medios para difuminar cuanto antes hechos graves como el tema de las maletas de Delcy o las manifestaciones del 8 de marzo. Dando como resultado que de inmediato se desvíe la atención hacia otros temas que perjudican a la derecha o su ideología.

Y así, vemos como no importa que se mienta en el "comité de expertos" o en la tarjeta de Dina. Da igual, ya está controlado el asunto mediático. Ya tienen a los medios preparados para hablar de otras cosas y distraer al personal. Y como se pongan muy tontos, cerramos cuentas en Twitter o Facebook que nos son incómodas. Apelamos a la política de estas redes y sin posibilidad de defenderse, las bloquean y se acabó la tonteria.

Pero Casado se queja ahora. Sería bueno que Casado recordara que ha hecho el PP por tratar de compensar esta influencia mediática y en las redes de la izquierda. Porque en los años de mandato del PP no se ha fortalecido a quienes han querido participar en esta guerra de medios y ha desechado apoyos de gente cercana ideológicamente. Esto ha sucedido a nivel nacional, autonómico y local en la ciudad de Valencia. Y no me tienen que contar nada, lo he vivido en primera persona. 

¿Y ahora qué? Pues se quejan de su propia inoperancia y de fallo de estrategia. Lo siento, lo veo así.

El PP está pagando su falta de tacto en temas de medios y su propia estrategia alejada de acierto a largo plazo como se ha visto.

Si Casado quiere llegar a algo, debería revisar muchos temas de propaganda con parte de su gabinete. Aunque eso suponga, incluso la posibilidad de abandonar la dirección del partido.

Ya veremos el siguiente capítulo de esta "guerra de los medios", donde el enemigo ha estado en casa mucho tiempo, demasiado.